Muchas son las preguntas que nos realizamos sobre las pieles maduras, ¿Qué características tienen? ¿Cuándo empezar a tratarla? ¿Cómo saber si mi piel es madura? ¿A partir de qué edad se considera una piel madura? En este post resolverás todas tus dudas sobre la piel madura y sus características y cuidados.
Mi piel, mi historia
Somos lo que hemos vivido, experimentado, compartido. A medida que vamos cumpliendo años, sumamos experiencias, vivencias…y todo ello se refleja en nuestra piel. Cada arruga refleja una vivencia única.
Piel madura, ¿qué ha pasado en mi piel?
Multitud de cosas cambian. Con los años el metabolismo de las células se hace cada vez más lento. A partir de cierta edad, la piel presenta unas características específicas: disminuye la cantidad y actividad de los fibroblastos, así como la síntesis de colágeno. Además la piel se deshidrata y se seca debido a la disminución de la vascularización y las secreciones sudoríparas y sebáceas. Asimismo se originan desórdenes en la pigmentación y aparecen las “manchas de vejez”.
Todo ello sumado a los factores exógenos que afectan y agravan diariamente a la piel: sol, tabaco, alimentación, entorno exterior… se traduce en un rostro envejecido.
¿Cómo identificar una piel madura?
- Piel más seca y fina.
- Deshidratación.
- Falta de luminosidad.
- Flacidez, falta de tonicidad y firmeza.
- Arrugas profundas.
- Color pálido o amarillento.
- Poros abiertos.
- Hiperpigmentación y manchas de la edad.
¿A qué edad hablamos de piel madura?
A pesar de que solemos hablar de piel madura a partir de los 35 años, la edad de inicio dependerá de la historia personal de cada uno, ya que la edad biológica no tiene por qué estar unida a las necesidades de la piel. En el envejecimiento de la dermis intervienen tanto factores endógenos (envejecimiento programado genéticamente), como exógenos (agentes externos, estilo de vida, emociones, entorno). Nuestro rostro refleja nuestra historia.
Te pasan factura…
- Los cambios hormonales.
- La exposición a factores medio-ambientales como el sol, frío o aire.
- Dolencias, enfermedades crónicas y su medicación.
- Cansancio, falta de sueño.
- Estrés.
- Toxinas, como el tabaco y el alcohol.
- Sedentarismo.
¿Cómo restaurar una piel madura?
Lo ideal para prevenir el envejecimiento de la piel, es iniciar los cuidados a una edad temprana, acudir al centro de estética de forma habitual y tomar las precauciones oportunas: protección frente al sol, estilo de vida saludable, alimentación… todo ello ayudará a “prevenir” el envejecimiento prematuro, así como a lucir una piel bonita y saludable a largo plazo.
El espíritu se mantiene joven y dinámico pero el rostro comienza inevitablemente a cambiar. Adoptar una postura positiva frente a los signos de la edad es esencial. Lo más importante una vez cumplida cierta edad, es no querer aparentar menos años, sino llevarlos con elegancia, optimismo y naturalidad.
Es materialmente imposible tener una piel de 20 años llegados a cierta edad, por lo que hay que mimar a la piel con un tratamiento anti-edad global que mantenga el rostro sano, flexible y con vida, que preserve la belleza. Debe dar solución a los problemas que presentan las pieles maduras:
– Proporcionar confort e hidratación a la piel seca y tirante.
– Proteger y reforzar la piel frente a las agresiones del medioambiente.
– Estimular el conjunto de procesos de regeneración de la piel para recuperar firmeza.
– Aportar de luminosidad, así como corregir y disminuir manchas.
– Suavizar las arrugas existentes.
Si tienes dudas o necesitas más información, consulta con tu Centro de Belleza Germaine de Capuccini o llámanos al teléfono gratuito 900 442 442.